miércoles, 6 de febrero de 2013

Frengers

Me gusta pensar a veces que somos extraños, justo cuando nos conocemos tanto.
Me gusta sentirte como ajena, como si sólo le pertenecieras al tiempo, al universo.
Encapsularnos en la perversión del corazón
perdernos en la inmensidad interior de nuestros mundos, aún inexplorados.

Y en la extrañeza de nuestros mundos interiores, aún inmensos,
pervertirnos en la cápsula del corazón
Pertenecerle sólo al tiempo y al universo,
para, en las tinieblas y en todo lo ajeno,
conocernos tanto.

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